Descubre el auténtico Portugal en un viaje por carretera a través de la costa y el campo

Desde la encantadora tierra de fantasía escondida en las colinas de Sintra hasta los bucólicos pueblos del Alentejo rural y las calas bañadas por el sol del Algarve, hay un Portugal virgen esperando a ser descubierto. Explora antiguos castillos, lánzate a las olas con una clase de surf y disfruta del marisco fresco regado con los inconfundibles vinos de la región. A continuación, te mostramos cómo un viaje por carretera de una semana, con salida y llegada en Lisboa, te llevará fuera de los caminos habituales para que puedas saborear el auténtico Portugal.

Día 1 – Toma la carretera hacia las mágicas colinas que rodean Sintra 

Poco después de salir de Lisboa, encontrarás lugares que se sentirán a un mundo de distancia de la capital, entre ellos el puerto pesquero de Cascais (Foto: Getty Images)

Tras recoger tu coche en Lisboa, coge la pintoresca N6 en dirección norte para descubrir uno de los tramos de costa más impresionantes del continente. No te pierdas el puerto pesquero de Cascais, repleto de restaurantes de marisco junto a la playa, antes de seguir la N247 a lo largo de esculturales acantilados y playas de arena dorada casi desiertas. El paraíso de los surfistas, Praia do Guincho, bien merece una visita, al igual que las vistas del Cabo da Roca, con su faro que marca el punto más occidental de Europa continental.

Un giro hacia el interior te llevará al Parque Natural de Sintra-Cascais, donde podrás explorar las exuberantes colinas boscosas y tesoros arquitectónicos que hicieron de Sintra el lugar de veraneo de la aristocracia portuguesa durante siglos. Tras una tarde recorriendo mansiones con inmensas cúpulas, jardines laberínticos y grutas de cuento de hadas, te espera Penha Longa Resort, epítome del lujo ubicado en un monasterio del siglo XIV reconvertido y que cuenta con dos restaurantes con estrellas Michelin.

Día 2 - Pasa una noche en Lisboa antes de disfrutar de espectaculares vistas y aguas cristalinas  

Cambia el coche por los tranvías de Lisboa y enamórate de la capital portuguesa (Foto: Getty Images)

Despídete de Penha Longa Resort y regresa a Lisboa para pasar un día y una noche en la capital portuguesa antes de poner rumbo al sur. Con su panorámica desde la azotea, piscina al aire libre y aparcamiento (perfecto para los que viajan por carretera), el Lisbon Marriott Hotel es uno de los alojamientos más atractivos de la ciudad. O elija el Sheraton Lisboa Hotel & Spa, donde la piscina exterior y el spa garantizan momentos de merecido descanso. No te marches de Lisboa sin hacer una parada en la Torre de Belém, del siglo XVI, y probar los pastéis de Belém, famosos dulces de crema que se sirven calientes en la pastelería de azulejos azules de igual nombre.

De vuelta al volante, cruza el puente colgante Ponte 25 de Abril sobre el estuario del Tajo y serpentea hacia el sur a través del Parque Natural de Arrábida hasta el cabo Espichel, azotado por el viento. La ruta por la N-379 promete un paisaje impresionante desde los acantilados hasta las aguas cristalinas y castillos en ruinas situados en lo alto de las colinas. En Sesimbra, los restaurantes familiares ofrecen deliciosas y sencillas sardinas a la brasa que son irresistibles. Puede que incluso encuentres tiempo para darte un baño en la playa de arena de Portinho da Arrábida antes de que se ponga el sol.

Día 3 – Descubre algunas de las joyas ocultas del Alentejo

A pesar de todos sus encantos, la región del Alentejo todavía recibe relativamente pocos visitantes en comparación con otras zonas de Portugal, por lo que está llena de maravillosas oportunidades para descubrir (Foto: Getty Images)

Siguiendo la costa a través de la región del Alentejo, la siguiente etapa de tu viaje por carretera propone una visión de Portugal lejos de las multitudes de turistas. El viaje hacia el sur te llevará a través de dehesas de encinas donde los cerdos ibéricos se dan un festín de bellotas, y a través de viñedos familiares, cuyos vinos serán el maridaje perfecto para la pesca del día.

El paisaje está salpicado de ciudades históricas, pueblos costeros encalados y algunas de las mejores playas de Europa. No te pierdas los vertiginosos acantilados de Cabo Sardão, único punto marítimo de Europa donde anidan cigüeñas, mientras que la encantadora villa pesquera de Zambujeira do Mar es un lugar perfecto para almorzar. Después, atraviesa el paisaje hasta que la escarpada costa se suavice en una ensenada en Odeceixe, donde el río Seixe desemboca en el mar, formando una frontera natural entre el Alentejo y el Algarve.

Día 4 – Viaja a los confines históricos de Cabo de São Vicente

Los surfistas y entusiastas de los deportes acuáticos acuden en masa a la hermosa Sagres, en el extremo suroeste del Algarve (Foto: Getty Images)

Si te alejas de la autopista, sigue las carreteras locales para explorar el suroeste del Algarve. Detente a estirar las piernas con un paseo bajo los imponentes acantilados de Praia da Arrifana y haz una pausa para explorar el pintoresco pueblo pesquero de Vila do Bispo. Si coincide con el atardecer, no dejes de contemplar cómo el sol se hunde en el horizonte en el Cabo de São Vicente. Hasta el siglo XV y la circunnavegación del globo, se creía que este cabo era el fin del mundo.

A unos 6 km al sur, Sagres atrae a surfistas y amantes de los deportes acuáticos. Si te apetece pasar una tarde en la playa, dirígete a las doradas y protegidas arenas de Praia da Mareta.

Cuando llegue el momento de redondear tu cuarto día, una hora en coche hacia el este te llevará al W Algarve, santuario ultramoderno con vistas al océano y un spa que mezcla diseño de vanguardia con estilo tradicional portugués. Pine Cliffs Ocean Suites, a Luxury Collection Resort & Spa, Algarve, por su parte, es un destino en sí mismo con 69 hectáreas de zonas verdes, vistas impresionantes y un campo de golf de nueve hoyos.

Día 5 – De la animada Lagos a Portimão y las grutas de Benagil

Del viaje por carretera a la exploración en alta mar: hacer un recorrido en barco desde Portimão a las hermosas cuevas de Benagil es una experiencia que no debes perderte (Foto: Getty Images)

En dirección este por el Algarve, podrás explorar una costa escarpada de calas y playas; algunas de las mejores solo son accesibles por caminos rurales. Planea pasar unas horas descubriendo Lagos, animada población con una floreciente flota pesquera. Durante los meses de verano, las calles adoquinadas del casco antiguo están repletas de bares y restaurantes, así como de tiendas de artesanía donde comprar recuerdos para llevar a casa.

A poca distancia en coche hacia el este se encuentra Portimão, localidad portuaria con un ajetreado puerto deportivo y un museo sobre la historia de la región. Los aventureros pueden hacer una excursión en barco para explorar las cercanas cuevas de Benagil.

Al final de la jornada, conduce 45 minutos hacia el este, hasta llegar a un tranquilo santuario lacustre: Domes Lake Algarve, Autograph Collection, donde el servicio de conserjería es insuperable.

Día 6 – Vive la luz especial de Olhão y algunas playas de las islas 

Con ruinas árabes y una gran cantidad de iglesias barrocas, la joya escondida de Tavira es una visita obligada a medida que tu viaje por carretera por Portugal llega a sus etapas finales (Foto: Getty Images)

Dos joyas del Algarve oriental son las fascinantes ciudades de Olhão y Tavira. Famosa por su luz especial, Olhão ha atraído a un público artístico que ha restaurado las tradicionales casas de azulejos, por lo que un paseo antes de la cena a través de las antiguas calles empedradas es una necesidad.

Desde Olhão, deja el coche durante unas horas para coger un barco a las islas de Armona, Culatra y Fuseta, cuyas espectaculares playas están repletas de aves. De vuelta a tierra firme y a lo largo de la costa, Tavira se extiende entre las dos orillas del río Gilão y cuenta con un puente romano, ruinas árabes y una gran cantidad de iglesias barrocas.

Día 7 – Viaja a la sierra y retrocede en el tiempo

Pon rumbo hacia las colinas con una visita a Monchique, donde una brisa refrescante silba entre los eucaliptos (Foto: Getty Images)

Deja atrás la costa dorada y dirígete al norte, a las colinas, para descubrir un Portugal completamente distinto. La urbe amurallada de Silves tiene una rica historia y uno de los castillos mejor conservados del país: entra por su puerta arqueada de la época árabe y retrocede al pasado, caminando por calles empedradas perfumadas con azahar. Más arriba, en las colinas, se encuentra Monchique, donde en verano la brisa fresca silba entre los eucaliptos. No dejes de visitar la iglesia de Miguelino, del siglo XVI, ni de curiosear por las tiendas de artesanía local especializadas en tejidos.

Desde aquí, Lisboa está a menos de tres horas en dirección norte. Cruzarás la ciudad por el puente Vasco de Gama. Esta asombrosa estructura de 17 km de longitud atraviesa el estuario del Tajo, donde quizás veas flamencos vadeando en las aguas poco profundas.

¿Qué mejor manera de terminar tu aventura que alojándote en The Ivens, Autograph Collection, dedicado a los exploradores? Este antiguo almacén rosa pastel del siglo XIX se ha convertido en un opulento hotel situado en el corazón del histórico barrio lisboeta de Chiado.

Publicado: May 20, 2024

Última actualización: May 22, 2024