Cuna de religiones y tierra mítica donde las haya, Israel es una mezcla insólita de culturas marcada por la tradición y el misticismo. Un país lleno de contrastes que circula imparable en el tren de la modernidad. Viva una experiencia inigualable recorriendo los múltiples lugares sagrados de la Ciudad Santa, Jerusalén, como el Monte del Templo, la iglesia del Santo Sepulcro o el Muro de las Lamentaciones. Diametralmente opuesta, Tel Aviv es efervescente y secular, como comprobará en sus playas y animada oferta de ocio. No se pierda la Ciudad Blanca para maravillarse con su arquitectura al estilo de la Bauhaus. La increíble variedad geográfica de Israel le permitirá, en poco espacio de tiempo, bucear en el mar Rojo, relajarse en el mar Muerto o practicar senderismo por el paisaje lunar de Makhtesh Ramon, el Gran Cañón de Israel. Una aventura de proporciones bíblicas.